Hanako-san

Octubre de terror

 

¿Seguro que quieres seguir?, esta es la última advertencia que habrá de ser anunciada.

Bienvenidos, mis aterradores lectores, a esta noche de terror y lamentos, de historias para… no dormir, les presento a su anfitriona de este miércoles, aquella sedienta de venganza, que espera en las sombras a que incrédulos, neciamente la invoquen  para poder posar sobre cada uno, sus mortíferas manos.

Ja… ja… ja…

 

Hanako-san

 

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Hanako es un espíritu que espera entre las sombras en los cuartos de baño a que alguien la invoque.

“Todos en el colegio habíamos escuchado la leyenda de la niña que podía ser invocada en el baño de uso exclusivo del conserje, el que, por cierto, siempre permanecía bajo llave, ya saben, para evitar que niños imprudentes quisiéramos comprobar que tan real era aquello de que pudiéramos invocarla. Unos días antes de concluir el año escolar, casualmente encontré las llaves del conserje, que tan celosamente cuidaba, tiradas a mitad del pasillo; se lo conté a mi mejor amigo y este se encargó de esparcir el rumor de que yo tenía las llaves. Algunos no lo creyeron, otros me acosaron para que probara mi valentía, yo estúpidamente, ahora lo sé, caí en la provocación y finalmente, un viernes, mi amigo y yo esperamos escondidos en un salón a que salieran la mayoría de estudiantes para poder acercarnos al baño sin que fuéramos vistos; empezaba a oscurecer cuando dejamos de oír pisadas en el ir y venir en el largo corredor; teníamos miedo, creo que lo podíamos ver en nuestras miradas; nos acercamos al baño y la cerradura sin chistar se abrió con las llaves que temblaban en mis manos, ambos entramos y fuimos envueltos en una penumbra apenas disimulada por la tenue luz de una bombilla que a momentos parecía desfallecer. El espejo que la invocaba estaba al final del pequeño espacio que servía más que de baño, de almacén, caminamos ambos hacia él cómo atraídos por algo; muy juntos y temblando, no puedo recordarlo muy bien, pero pareciera que el espejo no nos reflejaba y antes de poder decir algo, mi amigo habló como si fuera un muñeco de ventrílocuo:

 -¿Hanako, estás ahí?

No sé si él mismo se dio cuenta de lo que pasaba, pero apenas terminó de articular la pregunta se escuchó un “Sí, estoy aquí” emitido por una voz cavernosa. Hizo falta tan sólo un pestañeo y mi amigo había desaparecido,  salí corriendo como un loco, seguro de que eso que le había atacado, vendría detrás de mí… nadie me creyó, llevo dos años en esta institución de salud mental y todavía siento una mirada que me sigue a donde quiera que voy, ¿los espejos?, los odio, no tolero ninguno cerca de mí, porque en cada uno, puedo sentir su presencia acechante esperándome”.

“Yo era una chica muy tímida, algo desgarbada y sumamente asustadiza, en el colegio era motivo constante de burlas, sobre todo de esos grupos de chicas que eran populares o luchaban por serlo, en específico una de ellas era especialmente cruel, después de tantos años, no recuerdo el nombre, se ha desvanecido como muchos recuerdos de aquella época, excepto los ojos de aquella fatal aparición, esos, ahora lo sé, me acompañarán hasta la muerte. Un día cuando la jornada escolar se había alargado más allá del atardecer, pase al cuarto de baño del primer piso, ese en especial, provocaba mis más temibles pesadillas, pero al ser ya tarde, los otros estarían cerrados y no podría esperar a llegar a  casa; me armé de algo de valor al ver que una chica entraba segundos antes que yo, y mientras estaba en el cubículo escuché abrirse la puerta del baño y la risa y voces del grupo de chicas más populares de mi clase; de pronto, la voz de esa chica cruel, se alzó sobre las otras pidiendo silencio, las demás sin tardanza callaron y entonces ella contó hasta tres y a coro preguntaron: -¿Hanako, estas ahí? Yo no sabía si salir en ese momento o esperar a que se fueran, la verdad es que me aterró escuchar la pregunta; esa que decían, invocaba a un demonio disfrazado de niña que mataba a sus víctimas con sólo mirarlas; hubo un instante de silencio, después oí un grito de terror como nunca había escuchado; a este, le siguió un silencio absoluto, un silencio y una oscuridad absolutos; me encogí llena de pánico esperando a que viniera por mí; esperé y esperé, no sé bien cuanto tiempo, pero a mí me pareció más que una eternidad; al final, la luz volvió, quizá nunca se fue, no lo sé; dispuesta a salir corriendo con todas mis fuerzas, me incorporé, abrí la puerta y ahí, en el espejo, estaban los ojos más horribles que he visto en mi vida, llenos de vacío, muerte, desesperanza, de toda la maldad del mundo; cerré los ojos y salí corriendo tropezando, cayendo y levantándome; finalmente salí del edificio escolar y puse marcha a casa; no quise hablar con nadie en varios días, más que no querer, no podía emitir palabra, me paralizaba de algún modo el sentirme absorbida por esa mirada siniestra; la policía vino a casa unos días después, la chica, aquella chica, había aparecido muerta en el cuarto de baño; los que pudieron ver el cuerpo describieron su cara desencajada por una expresión de horror, aquel color bronceado del que tanto estaba orgullosa había desaparecido por completo de su cuerpo, estaba blanca del miedo; sus amigas no pudieron decir más que yo, las dos estaban en un tipo de shock que les impedía decir cosas coherentes, al menos eso fue lo que dijeron; nunca regresaron al colegio y aunque trataron de que todo se olvidara, pasaron años antes de que los chicos entraran con confianza al edificio. El cuarto de baño donde todo pasó fue convertido en almacén y puesto bajo llave. Han pasado años, muchos años, pero a mí, esos ojos todavía me acechan”.

murcielago-animado

 

Hanako-San es una leyenda Japonesa de una niña (algunas veces adolescente) que murió en el baño, en circunstancias que varían de acuerdo a las versiones que hay de la leyenda y, actualmente, existen  muchas, aunque personalmente, el cómo algunos  la nombran,  me parece un poco gracioso ya que le dicen “Toire no Hanako-San” que significa “Hanako del baño” que no me parece muy aterrador que digamos, pero bueno, no hay que dejarse llevar por las apariencias y ahora que hablo de apariencia, la de Hanako no es en principio muy aterradora ya que  es la de una niña (o adolescente) con ropa un poco vieja a veces manchada de sangre, tiene el pelo negro corto y lacio, lleva una falda roja como de colegio (más adelante comentaré el por qué) y según muchos que aseguran que la han visto dicen que su sola mirada te helará la sangre por muy valiente que seas.

Generalmente se dice que aparece en el tercer piso de los edificios, en concreto, en el tercer cubículo del cuarto de baños, aunque en algunas versiones de la historia se aparece en el cuarto ya que el número cuatro es considerado algo así como un  número maldito como pasa en Estados Unidos con el número 13, al que consideran de mala suerte, sólo que en Japón no creen que sea de mala suerte sino que, para ellos, como su pronunciación se asemeja a la palabra “Shi” que significa muerte, lo consideran desagradable.

Si eres un hombre puedes preocuparte un poco menos y esto es por dos razones: la primera es que,  son sumamente escasas las veces en que Hanako se aparece en los baños sin que sea invocada y la otra, es que por alguna razón, prefiere el baño de mujeres al de hombres. Aunque, se cuenta que en el  cuarto cubículo del baño de los varones, si te pones a insultar a Hanako mientras le das vueltas al inodoro, una mano ensangrentada aparecerá en él e intentará atraparte.

Como suele pasar, los sitios descuidados, penumbrosos y sucios, son los que como buen espíritu demoniaco prefiere y es por ello que se recomienda tener los cuartos de baño en las mejores condiciones, es decir, bien iluminados y limpios.

¿Es realmente necesario que hagas uso de los baños escolares? Si es así, es mejor que te asegures de que sean concurridos ya que el estar acompañado, en algunas versiones de esta leyenda, parece disminuir la probabilidad de que Hanako aparezca o, al menos, habrá muchos para impedir que, al gracioso o graciosa quiera invocarle, nunca se sabe. Y esto, ¿cómo podría hacerlo? bueno, invocarla no es nada difícil, tan sólo se tendría que buscar el tercer o cuarto cubículo, tocar tres veces la puerta y hacer la pregunta:“¿Hanako, estas allí?”, a esta pregunta Hanako puede o no contestar, aunque esté ahí, pero si lo hace, responderá “Si, estoy aquí”; si contesta, no es muy recomendable que se abra la puerta ya que Hanako se molestaría muchísimo, más que si hubieras entrado sin preguntar.

¿Eres un estudiante de excelentes notas?, de ser así, de Hanako no habrás de temer  ya que se dice que al ver que eres un excelente estudiante se tranquiliza y desaparece, al menos, eso es lo que dicen algunas versiones, por supuesto, las hay en las que la buenas notas de nada importan.

 

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Algunas personas opinan que Hanako no es el simple fantasma de una niña y, que realmente se trata de un demonio que,  usando  la voz de una niña, para tentar a los curiosos, espera que abran la puerta y los infelices, lo único que encontraran será la muerte en las garras de un  demonio de tres metros de altura con tres cabezas de lagarto corrompidas y asquerosas, y todo por haber hecho la invocación tres veces a Hanako-san: Ichibanme Hanako-san, nibanme Hanako-san, sanbanme Hanako-san (palabras que significan primera Hanako, segunda Hanako, tercera Hanako).

Por último, están las versiones que hablan de que Hanako no sólo podrá hacerte daño en el baño al invocarla sino que su presencia vengativa, puede acecharte, incluso, en el patio de tu escuela, ¿de que forma? bien, la más común es que al rasparte la rodilla, el muy temido por los niños  “Hanako hongo” la infectara y provocará que te salgan manchas blancas alrededor de la herida, y al no existir cura, éste infectará todo tu cuerpo y te matará como venganza, ya que Hanako como cualquier otro niño no puede jugar.

Ahora mi aterrado lector, si en casa como estás y a la escuela no tienes una próxima visita que realizar, debes tu respiración y nervios calmar para que así, puedas de Hanako, saber de buena tinta, de donde Hanako surgió.

El origen como pasa con todas las leyendas de este tipo no es muy claro, las versiones son muy distintas y las hay desde las más a las menos probables, y ahora te compartiré algunas de ellas:

 

Víctima de la Segunda Guerra mundial.

La primera es que Hanako murió en la segunda guerra mundial cuando, mientras jugaba a las escondidas en su colegio, los sorprendió el sonido de alarmas que anunciaban un bombardeo, todos en el colegio corrieron a refugiarse, pero por alguna razón, Hanako  demoró y no llegó al refugio cuando empezaron a caer las bombas; trató de guarecerse en los baños que era el lugar más cercano y al caer una bomba muy cerca, esta la mató.

Víctima de su padre o madre.

Se dice que Hanako tenía un padre (en algunas versiones era su madre), que estaba loco, era violento, abusivo y muy pervertido, y un día Hanako provocó su enojo y éste en respuesta y como otras veces, trato de matarla, pero Hanako se escapó y fue a parar a la escuela en donde se escondió en los baños, pero  al ser un lugar frecuente en donde buscaba refugio de toda la maldad del padre, este la fue a buscar ahí y finalmente la encontró en los baños y en su arranque de ira incontenible,  la aventó por la ventana de los baños causándole la muerte.

Muerte en el internado.

La más extendida de las versiones que actualmente se conocen es la de que Hanako asistía a un internado para niñas que se encontraba en lo profundo de un bosque; un día ella y cuatro amigas habían salido a jugar a las escondidillas al atardecer y en su turno para buscar,  mientras contaba, escuchó un grito que ella imagino era de emoción ya que ella estaba también muy emocionada, debido a que hacía mucho que no las dejaban salir a jugar; cuando terminó de contar se dirigió a donde escuchó el grito creyendo que este, había delatado, al menos, a una de sus amigas, pero al llegar ahí encontró a su amiga ensangrentada, corrió hacia ella, pero no tardó en darse cuenta de que estaba muerta; se asustó mucho, no podía haber muerto por alguna caída, algo o alguien la había atacado; con la intención de volver por ella, salió  corriendo a buscar a sus otras amigas cuando en su andar,  escuchó ruidos.

-¡Salgan ya!,  no estoy jugando,  ¡es algo serio! -grito totalmente desesperada.

Sus amigas, percibiendo su desesperación en la voz, salieron de su escondite, reclamándole que las asustara con tal de no jugar ya que era una aguafiestas. Ella por su parte, apenas si las escuchó, y exasperada por sus comentarios, les explicó todo lo que había sucedido y la urgencia de encontrar a la otra compañera que faltaba, ya que lo que hubiera atacado,  podía estar en cualquier parte; las niñas la miraron con incredulidad como sin saber si creerle o no y cuando estaban a punto de replicar, escucharon otro grito que se escuchaba aterradoramente cerca, fueron hacia el lugar del que provenía y con horror, descubrieron que la amiga a la que estaban buscando, estaba ahí tendida en el suelo, ensangrentada igual que la otra. Las dos compañeras de Hanako, asustadas,  echaron a correr dejándola sola y, de pronto, lo vio ahí, a un hombre que la miraba con una sonrisa perversa. Para sorpresa del hombre, Hanako tomo una rama que estaba tirada a sus pies y la lanzó en contra del desconocido, sin tan quiera llegar a rozarlo, no obstante, lo distrajo lo suficiente para darle a Hanako unos segundos de ventaja que esta aprovechó para echarse a correr tan rápido como nunca lo había hecho en toda su vida y ya estando muy cerca de las puertas del internado, escucho otro grito, que la hizo detenerse en seco; sabía que no podía regresar ya que el hombre ya la había visto y no caería en distracciones otra vez; estaba a punto de volver a echar a correr, cuando se escuchó otro grito,  supó, que de sus amigas, ella era la única sobreviviente y que tenía que ir a decirle a la directora que todas las niñas estaban en peligro, pero cuando se encontraba cerca del dormitorio de esta, el hombre le cerró el paso, había tomado un atajo en el que Hanako no había pensado y ella, asustada, corrió en la dirección opuesta; cuando lo perdió de vista se metió en un cubículo del baño, pero al cerrar la puerta con seguro, el hombre, que estaba cerca, escuchó y se metió en el cuarto haciendo como que la buscaba, aunque ya sabía en donde estaba y le gritó como si pensara que podría estar lejos “Hanako-san asobimashou” (¡Vamos a jugar, Hanako!), en ese momento Hanako sollozó y no pudo evitar hacer ruido; el hombre ya había empezado a impacientarse y decidió que ya era hora de matarla, así que abrió la puerta a hachazos y la asesinó, dejando sus restos ahí, en donde su espíritu vagaría por siempre.

Aunque hay muchas versiones de lo que le pudo haber pasado a Hanako, la más probable, es una que dice que se suicido en el baño de su escuela, lo que encajaría a la perfección ya que Japón es uno de los países con la más alta tasa de suicidios de niños, por la presión social para obtener buenas notas, además de que iría de la mano, con lo que se dice de que, aunque la invoques, si eres buen estudiante no te hará nada, porque has logrado obtener algo que a ella, le provoco la muerte y, en consecuencia se tranquiliza y por eso desaparece.

Y, ahora que conoces a Hanako y sabes lo que puede llegar a hacer ¿no sentirás miedo la próxima vez que vayas al baño?

 

murcielago-animado

 

Ahora lectores del terror, dejemos a Hanako  prepararse para su rol protagónico del próximo Halloween y vayamos a inspeccionar los oscuros lugares que nos rodean, no sea que ja, ja, ja… Las tres pascualas estén al acecho y… nos tomen por sorpresa.

 

 

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